Luz verde para el futuro del río Cabrera: un tesoro natural a salvo
El río Cabrera, una de las joyas fluviales de la provincia de León, seguirá fluyendo libre. La Junta de Castilla y León ha dado un portazo definitivo al proyecto que pretendía construir una minicentral hidroeléctrica entre los municipios de La Baña y Encinedo. La razón es contundente: el «severo impacto ambiental» que la infraestructura causaría en un ecosistema de altísimo valor ecológico.
La decisión, materializada en una Declaración de Impacto Ambiental (DIA) desfavorable, supone una victoria para la conservación y para las numerosas voces que se alzaron contra un proyecto que amenazaba la integridad de este paraje berciano. La promotora, Hidroeléctrica La Baña 2012, SL, ve así truncado su plan de levantar un azud y un canal de derivación que hubieran alterado para siempre el pulso del río.

¿Por qué era tan perjudicial este proyecto para el río Cabrera?
El principal problema de este tipo de infraestructuras es que actúan como barreras infranqueables. Una presa, por pequeña que sea, fragmenta el río e impide el movimiento natural de especies como la trucha común, vital para la salud del ecosistema. Además, al desviar parte del caudal, se reduce el llamado «caudal ecológico», que es el agua mínima necesaria para mantener la vida acuática y la dinámica natural del río. Esto afecta no solo a los peces, sino a toda la vegetación de ribera y a la fauna asociada a ella.
Un enclave protegido por Europa
La negativa al proyecto no es un capricho. El tramo afectado del río Cabrera forma parte de un espacio natural de máxima protección a nivel europeo. Es el corazón de la Zona de Especial Conservación (ZEC) «Montes Aquilianos y Sierra de El Teleno», un área integrada en la prestigiosa Red Natura 2000. Este reconocimiento no es casual: la zona alberga hábitats y especies prioritarias para la Unión Europea, y su estado de conservación es excelente, algo cada vez más raro de encontrar.
¿Qué es la Red Natura 2000 y por qué es tan importante?
La Red Natura 2000 es la mayor red coordinada de áreas protegidas del mundo. Su objetivo no es crear santuarios intocables, sino asegurar la supervivencia a largo plazo de las especies y hábitats más valiosos y amenazados de Europa, compatibilizando su protección con la actividad humana. Que el río Cabrera esté dentro de esta red subraya su importancia estratégica para la biodiversidad no solo de León, sino de todo el continente.
¿Existen alternativas a este tipo de presas?
Sí, y cada vez ganan más peso. En lugar de construir nuevas barreras en ríos bien conservados, la tendencia actual en gestión hídrica se centra en la restauración fluvial. Iniciativas como la Estrategia Nacional de Restauración de Ríos buscan eliminar obstáculos obsoletos para devolver la conectividad a los cauces y recuperar sus ecosistemas. La energía se puede obtener optimizando las centrales ya existentes o apostando por otras renovables de menor impacto, como la solar o la eólica, en zonas ya alteradas.
El «no» a la minicentral del Cabrera es, por tanto, más que una simple decisión administrativa. Es un mensaje claro sobre la prioridad de proteger nuestro patrimonio natural y una apuesta por un modelo de desarrollo que respete los tesoros que, como este río leonés, son insustituibles.