Un paso de gigante para la energía verde en León
El sur de la provincia de León se posiciona en el mapa de las energías renovables. El innovador proyecto para construir una planta de biometano en el término municipal de Algadefe ha superado uno de sus trámites más importantes al recibir la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) favorable por parte de la Junta de Castilla y León. Este visto bueno supone un impulso decisivo para una instalación que promete transformar el panorama energético y económico de la comarca.
La promotora, Biovec energy SL, planea una inversión cercana a los 40 millones de euros para levantar un complejo capaz de generar energía limpia a partir de residuos orgánicos. Con la luz verde ambiental, el proyecto entra ahora en fase de información pública, un periodo en el que cualquier persona o entidad interesada puede presentar alegaciones antes de la autorización definitiva.

¿Qué es exactamente una planta de biometano?
Para entender la magnitud del proyecto, es útil saber cómo funciona. Una planta de biometano es, en esencia, una instalación industrial que replica el proceso de digestión anaeróbica que ocurre en la naturaleza. Introduce residuos orgánicos, principalmente purines y estiércol de explotaciones ganaderas, en grandes tanques sellados llamados digestores. En ausencia de oxígeno, unos microorganismos descomponen la materia, liberando biogás. Este gas se purifica después para obtener biometano, un combustible con una composición casi idéntica a la del gas natural, pero de origen 100% renovable.
Impacto y cifras de un proyecto estratégico
La planta de Algadefe está diseñada para tratar aproximadamente 510.000 toneladas de residuos al año. El resultado será la producción de 153 GWh anuales de biometano, una cantidad de energía suficiente para cubrir la demanda de más de 43.000 hogares. Este biometano se inyectará directamente en la red de gasoductos, contribuyendo a la descarbonización y a la soberanía energética del país.
El proyecto no solo tiene un impacto energético, sino también económico y social. Se estima la creación de unos 25 puestos de trabajo directos y otros 40 indirectos, una noticia excelente para fijar población en el entorno rural leonés.
¿Qué beneficios aporta este proyecto a la comarca?
Más allá de la energía, la planta es un claro ejemplo de economía circular. Ofrece una solución sostenible y rentable a la gestión de los purines, un problema recurrente para los ganaderos. Al transformar un residuo en un recurso valioso, se reducen las emisiones de metano a la atmósfera —un gas de efecto invernadero mucho más potente que el CO₂— y se produce un fertilizante orgánico de alta calidad (digestato) como subproducto.
Esta iniciativa se alinea perfectamente con la ‘Hoja de Ruta del Biogás’ impulsada por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, que busca multiplicar la producción de gases renovables en España. Organizaciones como Sedigás, la Asociación Española del Gas, destacan el potencial de nuestro país para liderar este sector en Europa.
¿Existen riesgos o preocupaciones ambientales?
Como en cualquier proyecto de esta envergadura, pueden surgir dudas sobre su impacto. Las principales preocupaciones suelen centrarse en la gestión de olores y el aumento del tráfico de camiones para transportar los residuos. Sin embargo, la Declaración de Impacto Ambiental favorable certifica que el proyecto incluye las tecnologías y medidas correctoras necesarias para minimizar estas molestias. El proceso de digestión se realiza en tanques herméticos y los sistemas de purificación de aire son muy avanzados. La fase de alegaciones que ahora se abre es, precisamente, el mecanismo para que la ciudadanía pueda revisar estos puntos y solicitar garantías adicionales.
Con este avance, Algadefe se prepara para albergar una infraestructura clave que no solo generará energía limpia, sino que también impulsará el empleo y ofrecerá una solución medioambiental a uno de los grandes retos del sector primario.