La provincia de León vive una situación alarmante. Los montes no solo arden por el calor o los descuidos, sino por una mano negra que parece decidida a sembrar la destrucción. De los últimos trece incendios registrados, diez fueron provocados de forma deliberada, una cifra que ha encendido todas las alarmas en la Junta de Castilla y León.
Este patrón de criminalidad, calificado como «terrorismo medioambiental, pone en jaque no solo el patrimonio natural de la provincia, sino también la seguridad de sus habitantes y sus bienes.

¿Qué se considera un incendio intencionado?
Un incendio intencionado o provocado es aquel que se origina por la acción directa y voluntaria de una persona. A diferencia de los fuegos causados por negligencias (una colilla mal apagada, chispas de maquinaria) o por causas naturales (un rayo), aquí existe la voluntad de quemar. Según datos del Ministerio para la Transición Ecológica, más de la mitad de los incendios con causa conocida en España son intencionados, un dato que refleja la gravedad del problema a nivel nacional.
Las Médulas, un tesoro en el punto de mira
Uno de los episodios más dolorosos de esta oleada tuvo lugar en un escenario de valor incalculable: Las Médulas. El fuego se originó muy cerca del mirador de Orellán, uno de los puntos más visitados de este paraje. Aunque la rápida intervención de un helicóptero, brigadas y agentes medioambientales logró controlarlo, las llamas calcinaron 0,15 hectáreas de roble y matorral.
El ataque a este enclave no es un hecho menor. Se trata de un paisaje cultural único, moldeado por la minería de oro romana y reconocido como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Cada hectárea quemada aquí es una herida irreparable a nuestra historia y a nuestro entorno.
¿Por qué es tan grave un incendio en Las Médulas?
Quemar en Las Médulas va más allá del daño ecológico. Es atentar contra un símbolo reconocido mundialmente. Este lugar no es solo un bosque; es el vestigio de la mayor mina de oro a cielo abierto del Imperio Romano. Su paisaje de pináculos rojizos y bosques de castaños es el resultado de una ingeniería ancestral y una evolución natural posterior. Un incendio aquí destruye un legado cultural, turístico y medioambiental de primer orden, afectando a la biodiversidad y a la economía local que depende de su atractivo.
Llamamiento a la colaboración ciudadana
La Cabrera fue otro de los puntos afectados, con un conato en la localidad de La Baña que, por suerte, solo quemó 0,01 hectáreas. Ante esta situación, las autoridades insisten en que estos actos «no pueden quedar impunes». Han hecho un llamamiento a la colaboración ciudadana para que cualquier persona que observe comportamientos sospechosos en el monte lo comunique de inmediato a los servicios de emergencia (112) o a la Guardia Civil (062). En la lucha contra el fuego, cada par de ojos es un aliado fundamental.