Un operativo antiincendios en el punto de mira
Cada verano, cuando las llamas amenazan los montes de León, ellos son la primera línea de defensa. Se les aplaude como héroes, pero cuando el humo se disipa, su realidad se vuelve invisible. La Unión del Pueblo Leonés (UPL) ha vuelto a poner el foco en una situación que califican de insostenible: la extrema precariedad que sufren los bomberos forestales en Castilla y León.
Según ha manifestado el secretario de organización leonesista, Eduardo López Sendino, la gestión del operativo de lucha contra incendios por parte de la Junta de Castilla y León se basa en la «improvisación» y la «propaganda», dejando en el olvido a quienes arriesgan su vida. El modelo actual, denuncian, depende de contratos temporales que, en muchos casos, apenas duran tres meses.

¿Cuáles son los principales problemas que denuncian?
La queja de UPL no es nueva, sino un eco de las reivindicaciones históricas del propio colectivo. El problema principal es un modelo laboral que convierte a estos profesionales en trabajadores de temporada. Esto no solo genera una enorme inseguridad laboral, sino que además impide la creación de un cuerpo estable y experimentado que pueda trabajar durante todo el año en tareas de prevención, que son cruciales para evitar las grandes catástrofes estivales.
A la temporalidad se suma la falta de medios adecuados y una plantilla que se considera insuficiente para cubrir un territorio tan vasto y con tanto patrimonio natural como el de la comunidad, especialmente en la provincia de León.
Una solución estructural que ya existe a nivel nacional
La situación de los bomberos forestales en Castilla y León no es un caso aislado. Responde a una problemática a nivel nacional que ha llevado a la creación de un nuevo estatuto para el bombero forestal. Esta normativa busca precisamente atajar las raíces del problema: la temporalidad y la falta de reconocimiento profesional.
Desde UPL se exige a la Junta que aplique de una vez por todas un modelo de servicio público, profesional y permanente. La idea es clara: los incendios se apagan en invierno con labores de silvicultura, limpieza de montes y creación de cortafuegos.
¿Por qué es vital un servicio de bomberos forestales activo todo el año?
Un operativo antiincendios que solo se activa a pleno rendimiento durante la campaña de alto riesgo es un operativo que llega tarde. La prevención es la herramienta más eficaz contra el fuego. Un equipo permanente permite realizar durante los meses de otoño, invierno y primavera tareas fundamentales como:
- Limpieza de biomasa y desbroce selectivo en zonas estratégicas.
- Mantenimiento y creación de cortafuegos.
- Vigilancia preventiva y análisis de las zonas de mayor riesgo.
- Formación continua y mejora de los protocolos de actuación.
Dejar estas tareas en un segundo plano, como denuncia UPL, no es más que «un parche» que cada año demuestra ser insuficiente, poniendo en riesgo no solo los ecosistemas, sino también los núcleos rurales de la provincia.
La formación leonesista insiste en que es hora de abandonar los «gestos propagandísticos» y apostar por una inversión real y sostenida que garantice la seguridad de los ciudadanos y la conservación del valioso patrimonio natural de León.