Un grito unánime contra el fuego
El corazón de Ponferrada ha sido testigo de un clamor que resuena con la fuerza de la tierra y el miedo a las llamas. Bajo el lema «Se está quemando el paraíso», cientos de bercianos, convocados por la plataforma ciudadana ‘Bierzo Aire Limpio’, han levantado la voz para exigir una protección real y efectiva contra los incendios forestales que cada verano amenazan con convertir su patrimonio natural en cenizas.
La manifestación no es una reacción aislada, sino el resultado de una creciente sensación de vulnerabilidad. Las cicatrices del devastador incendio de La Cabrera y el recuerdo aún vivo del desastre en la Sierra de la Culebra (Zamora) alimentan una preocupación que ya no se conforma con promesas. La demanda es clara y contundente: la implantación de una unidad de extinción de incendios de máximo nivel con carácter permanente en la comarca.

¿Qué significa una unidad de extinción de máximo nivel?
Cuando los manifestantes reclaman una base de este tipo, no están pidiendo un simple camión de bomberos. Se refieren a un operativo de élite, dotado con los medios más avanzados para hacer frente a los llamados Grandes Incendios Forestales (GIF). Esto implica contar de forma permanente con personal altamente especializado, maquinaria pesada para crear cortafuegos, y la capacidad de coordinar medios aéreos de forma rápida y eficaz. En resumen, tener en casa las herramientas que ahora deben solicitarse a otras provincias o al Estado, perdiendo un tiempo que, en la lucha contra el fuego, es oro.
El Bierzo, un tesoro en riesgo
La comarca no es un lugar cualquiera. Espacios de un valor ecológico incalculable como Los Ancares o la Sierra de los Aquilianos son joyas de la biodiversidad que, según los convocantes, no cuentan con la protección que merecen. La reciente experiencia del incendio que se inició en Riodolas (Carucedo) ha vuelto a poner de manifiesto la rapidez con la que un pequeño foco puede descontrolarse.
Desde la plataforma ‘Bierzo Aire Limpio’, junto a colectivos como ‘Tyto Alba’, se insiste en que no se puede depender de la suerte. La prevención y la capacidad de respuesta inmediata son las únicas garantías para evitar que el paisaje berciano se convierta en una estadística más en los informes de incendios forestales, que cada año son más virulentos debido al cambio climático.
¿Por qué El Bierzo es una zona de alto riesgo?
Varios factores convierten a la comarca en un polvorín. Su compleja orografía, con valles profundos y montañas escarpadas, dificulta enormemente las labores de extinción. Además, la despoblación rural ha provocado el abandono de prácticas agrícolas y ganaderas tradicionales que ayudaban a mantener el monte limpio, actuando como un cortafuegos natural. Si a esto le sumamos veranos cada vez más secos y calurosos, el cóctel es peligrosamente inflamable.
Más allá de apagar fuegos: una gestión integral
La protesta no solo ha puesto el foco en los medios de extinción. También se ha exigido un cambio profundo en la gestión forestal, apostando por la prevención durante todo el año y no solo en verano. Se ha reivindicado el papel fundamental del mundo rural como guardián del territorio y se ha pedido un reconocimiento explícito y una mejora de las condiciones para los profesionales que se juegan la vida en primera línea, como los miembros de la BRIF de Tabuyo del Monte, cuyo trabajo fue aplaudido por los asistentes.
La petición es, en definitiva, un llamamiento a la responsabilidad de la Junta de Castilla y León para que proteja uno de sus tesoros más preciados. Los bercianos no quieren volver a mirar al cielo con el corazón en un puño; quieren soluciones antes de que el paraíso, como advierten, arda de nuevo. La responsabilidad recae principalmente en las comunidades autónomas, que deben dimensionar sus operativos a la realidad del riesgo.