Un silencio digital que pone vidas en riesgo
En plena era de la hiperconectividad, hay rincones de León donde el silencio digital no es una opción, sino una imposición peligrosa. Los vecinos de Marrubio, una pequeña localidad perteneciente al municipio de Castrillo de Cabrera, viven atrapados en una sombra de cobertura. La falta de un servicio estable de telefonía e internet se ha convertido en algo más que una simple molestia: es una barrera que les aísla y, lo que es peor, les impide acceder a servicios de emergencia vitales.
La situación ha alcanzado un punto crítico. La gota que ha colmado el vaso ha sido la reciente modernización del sistema de comunicación de las ambulancias de la Gerencia de Emergencias Sanitarias. Lo que debería ser un avance tecnológico se ha transformado en una pesadilla para ellos. El nuevo sistema depende de una conexión a la red para funcionar, una red que en Marrubio simplemente no existe. Si un vecino necesita una ambulancia, el personal sanitario no puede recibir el aviso ni coordinarse correctamente al llegar a la zona.

¿Por qué la cobertura de internet es un problema de salud pública?
Lejos de ser un lujo, el acceso a internet se ha consolidado como un pilar fundamental para la seguridad y el bienestar. En el entorno rural, esta conexión es la línea que une a los ciudadanos con servicios esenciales. La teleasistencia para personas mayores, la consulta de información médica o, como en este caso, la simple posibilidad de realizar una llamada de emergencia al 112 dependen de una infraestructura que a menudo es precaria o inexistente.
La denuncia, canalizada a través de formaciones como la Unión del Pueblo Leonés (UPL), pone de manifiesto una realidad alarmante: la brecha digital no solo genera desigualdad de oportunidades, sino que también crea ciudadanos de primera y de segunda en algo tan básico como el derecho a la asistencia sanitaria urgente. Los vecinos no piden la última tecnología 5G, sino simplemente la capacidad de hacer una llamada cuando la vida está en juego.
Un eco que resuena en la España rural
El caso de Marrubio no es una anécdota, sino el reflejo de un problema estructural que afecta a gran parte del territorio. Según los últimos datos de la Encuesta sobre Equipamiento y Uso de TIC del INE, aunque el acceso a internet ha crecido, persisten desigualdades significativas según el tamaño del municipio. Las zonas menos pobladas siguen a la zaga, perpetuando un ciclo de abandono y despoblación.
El Gobierno central, a través de informes como el de Cobertura de Banda Ancha, muestra avances en la extensión de la fibra, pero la realidad sobre el terreno demuestra que aún queda mucho por hacer para que esa conexión sea universal y de calidad para todos.
¿Qué soluciones existen para la falta de cobertura en zonas rurales?
Existen varias alternativas para combatir estas ‘zonas de sombra’. Una de las más inmediatas es el internet por satélite, que puede ofrecer conexión en lugares donde no llega el cableado. Además, programas gubernamentales como el Plan ÚNICO buscan incentivar el despliegue de redes de banda ancha ultrarrápida en todo el territorio.
Sin embargo, para los vecinos de Cabrera, estas soluciones suenan lejanas. Lo que necesitan es una acción urgente y coordinada entre administraciones y operadoras para garantizar un servicio mínimo y funcional. Reclaman dejar de ser invisibles y tener las mismas garantías que cualquier otro ciudadano, empezando por la más fundamental: la de poder pedir ayuda cuando la necesitan.