Lo que comenzó como una jornada de trabajo más para tres ganaderos leoneses en los montes de Barniedo de la Reina se convirtió en una auténtica pesadilla en cuestión de minutos. El cielo, que amenazaba tormenta, cumplió su promesa de la peor manera posible: con un rayo certero que prendió la mecha de un violento incendio en pleno corazón del Parque Regional de Picos de Europa.

José Manuel, Pedro y un compañero se encontraban moviendo un rebaño de 250 vacas cuando las llamas, avivadas por el viento, comenzaron a rodearlos. El fuego avanzaba con una velocidad aterradora, cortándoles cualquier vía de escape. El pánico se apoderó del momento, pero la lucidez y el conocimiento del terreno les ofrecieron una última oportunidad.
El ‘chozo’ que les salvó la vida
En medio del caos, recordaron la existencia de una pequeña caseta de pastores, un ‘chozo’ de hormigón de apenas dos por dos metros. Sin dudarlo, corrieron hacia él y se atrincheraron en su interior mientras el infierno rugía fuera. «Si no llega a ser por esa caseta, hoy no lo contamos», relataría más tarde José Manuel, todavía conmocionado por la experiencia.
Durante los largos minutos que pasaron resguardados, escuchando el crepitar del fuego, solo podían esperar. Al salir, el paisaje era desolador, pero ellos estaban a salvo. Milagrosamente, las 250 cabezas de ganado también lograron sobrevivir, agrupándose instintivamente en una zona que las llamas no alcanzaron.
¿Qué son las tormentas secas y por qué son tan peligrosas?
Las tormentas secas son un fenómeno meteorológico que produce aparato eléctrico, como rayos y truenos, pero genera muy poca o ninguna precipitación. Cuando un rayo de este tipo de tormenta impacta en una zona con vegetación seca, como los montes en verano, el riesgo de que se inicie un incendio es altísimo, ya que no hay lluvia que pueda sofocar las primeras llamas. Este suceso pone de relieve un riesgo muy real en la provincia. De hecho, según datos recientes, los rayos son responsables de casi un tercio de los incendios forestales en León.
Un susto con pérdidas materiales
Aunque la historia tuvo un final feliz para los ganaderos y su rebaño, el fuego no se fue de vacío. Perdieron sus teléfonos móviles, una chaqueta y, lo más doloroso, uno de sus perros no logró sobrevivir. Un pequeño precio a pagar por la vida, pero un recordatorio constante de la fragilidad del ser humano frente a la fuerza desatada de la naturaleza.
¿Cómo se protege el ganado durante un incendio forestal?
Proteger a un rebaño numeroso durante un incendio es una tarea extremadamente compleja y peligrosa. La clave suele ser la anticipación, guiando a los animales hacia zonas seguras como cortafuegos, áreas rocosas o con poca vegetación. Sin embargo, cuando el fuego es tan rápido como en Barniedo, la supervivencia a menudo depende del instinto de los propios animales y de la suerte. La rápida decisión de los ganaderos de buscar refugio para sí mismos fue, indirectamente, lo que permitió que el rebaño se salvara por su cuenta.
Este suceso, ocurrido en el término municipal de Boca de Huérgano, es un testimonio de la dureza del trabajo en la montaña y de cómo la experiencia y una pequeña construcción de hormigón pueden cambiar el destino en un instante.