La situación de los incendios forestales en Castilla y León ha alcanzado un punto crítico, llevando al presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, a lanzar una petición de auxilio directa al Gobierno central. Ante la virulencia de las llamas, Mañueco ha exigido formalmente al presidente Pedro Sánchez la movilización «inmediata» de todos los medios del Ejército disponibles para reforzar las labores de extinción.

El foco de la preocupación se centra en dos frentes especialmente devastadores: el incendio de Fornillos de Fermoselle, en la provincia de Zamora, y el de Navalacruz, en Ávila. Ambos han demostrado una capacidad de destrucción que, según la Junta, está poniendo al límite los recursos autonómicos. «Necesitamos un refuerzo inmediato que todavía no ha llegado», subrayaba Mañueco, evidenciando la urgencia del momento.
¿Por qué se pide la ayuda de la UME en los incendios?
La solicitud de movilizar al Ejército no es casual. Se refiere concretamente a la Unidad Militar de Emergencias (UME), un cuerpo de élite de las Fuerzas Armadas especializado en intervenir en situaciones de grave riesgo, catástrofe o calamidad pública. Su preparación, medios técnicos y capacidad de despliegue rápido los convierten en un recurso fundamental cuando los incendios superan la capacidad de respuesta de los servicios de extinción civiles.
La UME cuenta con batallones de intervención preparados para el combate directo contra las llamas, utilizando tanto medios terrestres como colaborando en la coordinación de medios aéreos. Su participación es un indicador claro de la gravedad de la emergencia, aportando un apoyo logístico y humano crucial para controlar perímetros y evitar que el fuego siga avanzando sin control.
Un llamamiento a la coordinación entre administraciones
La petición de Mañueco a Sánchez no es solo una demanda de recursos, sino también un llamamiento a la máxima colaboración institucional. En momentos como este, la coordinación entre el gobierno autonómico y el central es vital para optimizar cada recurso disponible y proteger tanto el patrimonio natural como, y más importante, la seguridad de los habitantes de las zonas afectadas.
¿Qué implica que un incendio sea declarado de nivel 2?
Cuando la Junta de Castilla y León declara un incendio de nivel 2 de peligrosidad, como ha ocurrido en estos casos, significa que la situación se ha agravado considerablemente. Este nivel se activa cuando se prevé que el fuego puede amenazar seriamente a la población o a bienes de naturaleza no forestal, como viviendas o infraestructuras. Es en este escenario cuando se hace necesaria la incorporación de medios extraordinarios, como la UME, ya que la gestión de la emergencia supera las capacidades de la comunidad autónoma.
La comunidad entera sigue con preocupación la evolución de estos incendios, esperando que la llegada de los refuerzos solicitados permita estabilizar la situación y comenzar cuanto antes el largo camino hacia la recuperación de las zonas calcinadas.