Las calles de Carrocera han vuelto a ser el escenario de un clamor popular. Bajo el lema «Por nuestro futuro, no a la cantera», cientos de vecinos se han manifestado este sábado para mostrar su rotundo rechazo a un proyecto minero que consideran una amenaza directa a su entorno y modo de vida.

La marcha, convocada por la plataforma ‘No a la cantera de Carrocera’, partió de la emblemática Plaza del Caño y recorrió el pueblo hasta su entrada, en una nueva demostración de fuerza tras más de dos años de lucha constante.
Un proyecto que genera una profunda división
La movilización vecinal no es casual. Se enfrentan a una iniciativa que busca instalar una explotación a cielo abierto en un área que describen como un «enclave natural privilegiado».
¿En qué consiste exactamente el proyecto de la cantera?
La propuesta sobre la mesa es la creación de una megacantera de caliza. Este tipo de minería a cielo abierto implica la remoción de grandes cantidades de tierra y roca, generando un impacto visual y ambiental de gran envergadura en una zona que, hasta ahora, se mantenía virgen.
Los temores de los residentes están bien fundados y abarcan múltiples frentes. Advierten de un daño ecológico que sería irreversible, afectando a la flora y fauna locales de manera permanente.
¿Qué impacto tendría la cantera en la zona?
Más allá del impacto paisajístico, la plataforma y los vecinos señalan consecuencias directas para su día a día. La principal preocupación es la salud pública, amenazada por el polvo en suspensión y el ruido constante de la maquinaria y las voladuras.
También alertan sobre el riesgo para los recursos hídricos y la posible contaminación de acuíferos, vitales para el consumo y la agricultura. El proyecto, aseguran, pone en jaque las economías locales basadas en el turismo rural y la ganadería, actividades incompatibles con una explotación industrial de estas características. La zona se encuentra en las inmediaciones de espacios de alto valor ecológico, como la Reserva de la Biosfera del Alto Bernesga, lo que subraya la importancia de su conservación.
La decisión final, en manos de la Junta
A pesar del rechazo frontal y unánime del Ayuntamiento de Carrocera, la pelota no está en su tejado. La competencia para autorizar o denegar este tipo de proyectos recae en la administración autonómica.
¿Por qué la decisión final no la toma el propio municipio?
La legislación actual otorga a las comunidades autónomas, en este caso la Junta de Castilla y León, la potestad sobre los proyectos mineros y las evaluaciones de impacto ambiental de gran calado. El papel del ayuntamiento es consultivo, pero no vinculante, lo que deja a los vecinos en una situación de incertidumbre.
Desde la plataforma acusan a la Junta de «desidia» y de no escuchar el clamor social, mostrando una aparente inclinación a favor de los intereses de la empresa promotora. Con esta nueva protesta, los vecinos de Carrocera envían un mensaje claro: no se rendirán y seguirán luchando para que la decisión final sea un «no» definitivo a la cantera.