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Biomasa: La energía que renace de la materia orgánica
La biomasa es toda materia orgánica de origen vegetal o animal que puede ser utilizada como fuente de energía renovable. Este concepto engloba una amplia variedad de recursos, desde residuos forestales y agrícolas, como la leña, los pellets o los huesos de aceituna, hasta cultivos energéticos específicamente destinados a este fin y la fracción orgánica de los residuos urbanos.
Su principal ventaja radica en su carácter renovable y su balance neutro de emisiones de dióxido de carbono. Al quemarse, la biomasa libera el CO2 que las plantas absorbieron previamente durante su crecimiento, cerrando un ciclo natural y evitando añadir nuevos gases de efecto invernadero a la atmósfera. Se utiliza principalmente para generar calor en sistemas de calefacción y agua caliente, tanto a nivel doméstico como en redes de calor centralizadas (district heating), y también para producir electricidad en plantas especializadas.
Este recurso energético es especialmente relevante en territorios con una gran riqueza forestal y agrícola, como es el caso de la provincia de León y la comunidad de Castilla y León en su conjunto. El aprovechamiento de la biomasa no solo contribuye a la transición energética y a reducir la dependencia de los combustibles fósiles, sino que también fomenta la gestión sostenible de los montes, previene incendios al limpiar los bosques y crea empleo en el entorno rural, consolidándose como un pilar de la economía circular.