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Palencia, la ‘bella desconocida’ que tienes a un paso de León y merece una escapada. Cuando los leoneses pensamos en una escapada de fin de semana, la brújula suele apuntar al norte o hacia el Bierzo, casi por inercia. Sin embargo, a poco más de una hora en coche, se esconde una de esas joyas castellanas que a menudo pasa injustamente desapercibida: Palencia. Apodada con acierto como ‘la bella desconocida’, esta capital tranquila ofrece un patrimonio monumental que sorprende y un ambiente sosegado, ideal para desconectar del bullicio sin necesidad de largos viajes.El plan es sencillo y gratificante. Un paseo por su Calle Mayor, una de las más largas y características de España gracias a sus soportales, es el eje perfecto para tomarle el pulso a la ciudad. Desde allí, es imprescindible desviarse para admirar la imponente Catedral de San Antolín, un templo gótico que por sí solo justifica la visita. Para una panorámica inolvidable, nada como subir al cerro donde el Cristo del Otero, una de las esculturas de este tipo más altas del mundo, vigila la llanura castellana. Palencia no busca abrumar, sino conquistar con un encanto discreto que deja un sabor de boca inmejorable.