Un misterio en cifras que desconcierta a León
Imagínese que le dicen que su ciudad recibió 2,5 millones de turistas solo en julio y agosto. Las calles deberían bullir de gente, los hoteles colgar el cartel de completo y los restaurantes no dar abasto. Sin embargo, en León, la realidad que perciben quienes viven del turismo es muy distinta. Esta desconcertante situación ha dado lugar a un fenómeno conocido como los ‘turistas fantasma’.
Los datos oficiales, publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), son contundentes: millones de personas visitan la provincia cada año. Pero cuando los hosteleros y comerciantes miran sus cajas y libros de reservas, las cuentas simplemente no salen. ¿Dónde están esos millones de visitantes? La respuesta se esconde en la tecnología y en la propia definición de ‘turista’.

¿Por qué las cifras oficiales no cuadran con la realidad?
El quid de la cuestión reside en la metodología que utiliza el INE para su Estadística de Medición del Turismo. Este sistema no se basa en encuestas a pie de calle ni en registros hoteleros, sino en el posicionamiento de los teléfonos móviles. Para el INE, un ‘turista’ es cualquier persona cuya señal de móvil indica que ha pasado al menos una noche fuera de su área de residencia habitual.
Esta definición tan amplia es la clave del misterio. En esa gigantesca cifra se incluye a un variado grupo de personas que no encajan en el perfil del turista tradicional:
- Viajeros en tránsito: León es un nudo de comunicaciones clave. Miles de conductores que viajan entre Madrid y destinos como Galicia o Asturias pernoctan en la provincia, pero su impacto económico es mínimo.
- Propietarios de segundas residencias: Personas que pasan el fin de semana o parte de sus vacaciones en un pueblo de la provincia, pero no ocupan plazas hoteleras.
- Visitas a familiares y amigos: Un flujo constante de personas que se alojan en casas particulares y cuyo gasto turístico es muy diferente.
- Movilidad interna: Incluso un residente de Ponferrada que pase una noche en León capital por trabajo o estudios cuenta como ‘turista’ para la estadística.
El sentir del sector: «No los vemos por ninguna parte»
Para el sector hostelero leonés, esta brecha entre los datos y la realidad es una fuente de frustración. Ven cómo las cifras oficiales pintan un panorama de éxito turístico que no se refleja en su día a día. La ocupación real de los hoteles, aunque positiva, está a años luz de lo que sugerirían los millones de ‘visitantes’ del INE. Esta situación genera una imagen distorsionada que podría llevar a tomar decisiones erróneas en materia de promoción y políticas turísticas.
¿Son fiables entonces los datos del INE?
Sí, los datos son fiables para el propósito con el que fueron creados: medir los flujos y movimientos de la población. El problema surge al interpretar esta información exclusivamente como un indicador de actividad turística convencional. No es que los datos mientan, es que miden un concepto mucho más amplio que el de una persona que se aloja en un hotel, visita monumentos y come en restaurantes locales.
El verdadero reto para León no es encontrar a sus ‘turistas fantasma’, sino aprender a interpretar correctamente estas nuevas métricas. Es fundamental diferenciar entre el flujo masivo de población y el turismo que genera un verdadero impacto económico y social en la provincia, para así poder enfocar las estrategias de promoción de una manera mucho más efectiva y realista.