La sombra de la tuberculosis bovina se alarga sobre León
Un murmullo de preocupación recorre el campo leonés. Los ganaderos, pilar económico y social de la provincia, miran con inquietud el avance de la tuberculosis bovina, una enfermedad que amenaza no solo la salud de sus cabañas, sino también la viabilidad de sus explotaciones. La situación ha escalado hasta el punto de que formaciones como la Unión del Pueblo Leonés (UPL) han elevado la voz, exigiendo respuestas y acciones contundentes a la Junta de Castilla y León.

¿Qué es exactamente la tuberculosis bovina y por qué preocupa tanto?
La tuberculosis bovina es una enfermedad infecciosa crónica causada por la bacteria Mycobacterium bovis. Afecta principalmente al ganado vacuno, pero también puede contagiarse a otros animales, tanto domésticos como salvajes, lo que complica enormemente su control. Para los ganaderos, un positivo en su explotación es una auténtica pesadilla: implica la inmovilización del ganado, el sacrificio obligatorio de los animales infectados y severas restricciones comerciales que suponen un golpe económico devastador.
La preocupación en León se fundamenta en la sensación de que las medidas actuales no están logrando frenar la enfermedad. Los ganaderos se enfrentan a un complejo entramado de pruebas sanitarias, normativas y burocracia, mientras ven cómo la fauna silvestre, especialmente jabalíes y tejones, actúa como reservorio y vector de la bacteria, dificultando los esfuerzos de erradicación.
Un problema de salud pública y de estrategia nacional
Más allá del impacto económico, la tuberculosis bovina es una zoonosis, lo que significa que puede transmitirse a las personas. Aunque los casos en humanos son muy raros en la actualidad gracias a la pasteurización de la leche y los estrictos controles en mataderos, el riesgo cero no existe.
¿Qué medidas se aplican cuando se detecta un caso?
Cuando las pruebas de saneamiento revelan un animal infectado, se activa un protocolo muy estricto. La explotación es declarada oficialmente positiva, lo que conlleva el sacrificio de los animales enfermos y una investigación epidemiológica para encontrar el origen del brote. Además, se establecen restricciones de movimiento para todo el ganado de la explotación y se intensifican las pruebas en la zona afectada para evitar que la enfermedad se propague.
España cuenta con un Programa Nacional de Erradicación de la Tuberculosis Bovina, coordinado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Este programa, del que se pueden consultar sus detalles en la web oficial del ministerio, establece las directrices que deben seguir las comunidades autónomas. El objetivo final es alcanzar el estatus de «oficialmente indemne» en todo el territorio, un distintivo que no solo garantiza la sanidad animal, sino que también abre puertas en los mercados internacionales.
El contexto europeo y los retos futuros
La lucha contra esta enfermedad no es exclusiva de España. Informes como el publicado anualmente por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), como el informe Zoonoses One Health de 2022, muestran que, aunque la prevalencia ha disminuido drásticamente en las últimas décadas en la UE, sigue habiendo focos de resistencia. La clave, según los expertos, está en un enfoque integral que combine la vigilancia en el ganado doméstico con un control efectivo sobre las poblaciones de fauna silvestre.
Para los ganaderos leoneses, el futuro pasa por una estrategia clara, con recursos suficientes y una coordinación eficaz entre administraciones. La incertidumbre actual no solo genera pérdidas económicas, sino también un desgaste anímico que pone en jaque el relevo generacional en un sector vital para la provincia.